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Cuentos para Reflexionar

Hay cuentos que nos invitan a la reflexión y nos ayudan en nuestro autoconocimiento.

Descúbrelos aquí

Sacados del libro de Ramiro Calle, 101 cuentos clásicos de la India. La tradición de un legado espiritual 🙏

Ramiro Calle

Era un yogui errante que había obtenido un gran progreso interior.

Un día se sentó a la orilla del camino y de manera natural entró en éxtasis. 

Estaba en tan elevado estado de consciencia que se encontraba ausente de todo lo que le rodea a. 

En eso que por allí pasó un ladrón y al ver al hombre pensó: “este hombre, no me cabe duda, ha pasado toda la noche robando y ahora se ha quedado dormido. Voy a irme a toda velocidad no vaya a venir la policía a cogerlo y me cojan a mi también”. Y huyó corriendo.

Algo después, paso un borracho que iba dando tumbos. Miró al hombre y pensó: “éste hombre está como una cuba. Ha bebido tanto que no puede ni moverse”. Y tambaleándose se alejo. 

Por último, pasó un genuino buscador espiritual y al contemplarlo, se sentó al lado del yogui, se inclinó y besó sus pies. 

🙏 El Maestro nos dice: “así como cada uno proyecta lo que lleva dentro, así el sabio reconoce al sabio”

Al atardecer, un pastor se disponía a conducir el rebaño al establo. Entonces contó sus ovejas, y muy alarmado de dio cuenta que faltaba una de ellas. Angustiado, comenzó a buscarla durante horas, hasta que se hizo muy abanzada la noche. No podía hallarla y empezó a llorar desesperado. Entonces, un hombre que salía de la taberna y que pasó junto a él, le miró y le dijo:

  • Oye, ¿por qué llevas una oveja sobro los hombros?

🙏 El Maestro dice: “no seas como el pastor negligente, que por no haber aprendido a discernir, buscas donde no debes hacerlo y así todas tus tentativas son insatisfactorias”

Era un venerable maestro. En sus ojos había un reconfortante destello de paz permanente. Sólo tenía un discípulo, al que iba impartiendo su enseñanza. 

Esa tarde, el cielo se había teñido de un color anaranjado, cuando el maestro se dirigió al discípulo y le ordenó:

  • Querido mío, acércate al cementerio y una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos.

El discípulo así lo hizo, caminó hasta el cementerio y bajo un silencio sobrecogedor, gritó toda clase de elogios a los muertos.

Al regresar, el maestro le pregunto:

  • ¿Qué te han respondido los muertos?
  • Nada.
  • En ese caso, mi querido amigo, vuelve al cementerio y lanza toda suerte de insultos.

El discípulo regreso de nuevo al cementerio y a pleno pulmón, comenzó a soltar toda clase de insultos. Al rato, volvió al lado del maestro.

Éste le pregunto:

  • Y ahora, ¿qué te han dicho los muertos?
  • Nada, maestro.

Así debes ser tú, indiferente a los halagos y a los insultos de otros.

🙏 El Maestro nos dice: “quien hoy te halaga, mañana te puede insultar y quien hoy te insulta, mañana te puede halagar. No seas como una hoja a merced del viento de los halagos e insultos. Permanece en ti mismo más allá de unos y de otros”

Era un lechero acaudalado y que contaba con varios trabajadores en su lechería. Llamó a uno de ellos, Ashok, y le entregó una olla llena de mantequilla para que la llevase a un cliente de un pueblo cercano. A cambio le prometió algunas rupias extras.

Ashok muy contento, colocó la olla sobre su cabeza y se puso en marcha, en tanto se decía para sí: “Voy a ganar dos rupias. ¡Qué bien! Con ellas compraré gallinas, éstas pronto se multiplicarán y llegaré a tener nada menos que diez mil. Luego las vendaré parte y compraré cabras. Se reproducirán, venderé parte de ellas y compraré una granja. Como ganaré mucho dinero, también compraré telas y me haré comerciante. Será estupendo. Me casaré, tendré una casa soberbia y, naturalmente, dispondré de un excelente cocinero para que me prepare los platos más deliciosos, y si un día no me hace bien la comida, le daré una bofetada.” Al pensar en propinarle una bofetada al cocinero, Ashok, automáticamente, levantó la mano provocando así la caída de la olla, que se hizo en mil pedazos contra el suelo, derramando su contenido. Desolado, volvió al pueblo y se enfrentó al patrón que le exclamó:

  • ¡Necio! ¡Me has hecho perder las ganancias de toda una semana!

Y Ashok replicó:

  • Yo he perdido mis ganancias de toda la vida.

 

🙏El Maestro nos dice: “El futuro es un espejismo. Éste es tu momento, tu instante. En lugar de fantasear con la mente, pon las condiciones para que la semilla pueda germinar”

Una mujer estaba buscando afanosamente algo alrededor de un farol. Entonces un transeúnte pasó junto a ella y se detuvo a contemplarla. No pudo menos que preguntar:

  • Buena mujer, ¿qué se te ha perdido? ¿qué buscas?

Sin poder de dejar de gemir, la mujer con la voz entrecortadas por los sollozos, apenas pudo responder:

  • Busco una aguja que he perdido en mi casa, pero como allí no hay luz, he venido a buscarla junto a este farol.

 

🙏El Maestro nos dice: “no quieras encontrar fuera de ti mismo lo que sólo dentro de ti puede ser hallado”

Por un sinuoso camino y a gran velocidad, un hombre borracho conducía su carro. De repente, perdió el control, se salió del trayecto y se precipitó contra una charca pestilente.

Varias personas, al ver el accidente corrieron al lugar y ayudaron a incorporarse al conductor, que no podía ocultar su borrachera. Y entonces uno de sus auxiliadores le dijo:

  • Pero, ¿es que no ha leído usted el célebre tratado de Naraín Gupta extendiéndose sobre los efectos perjudiciales del alcohol?

Y el ebrio conductor, sin dejar de hipar, tartamudeó:

  • Yo soy Naraín Gupta.

 

🙏El Maestro nos dice: “así procede el falso guru”

Se trataba de un hombre que llevaba muchas horas viajando a pie y estaba realmente cansado y sudoroso bajo el implacable sol de la India. Extenuado y sin poder dar un paso más, se echó a descansar bajo un frondoso árbol. El suelo estaba duro y el hombre pensó en lo agradable que sería disponer de una cama. Resulta que aquél era un árbol celestial de los que conceden los deseos de los pensamientos y los hacen realidad. Así es que al momento apareció una confortable cama.

El hombre se echó sobre ella y estaba disfrutando en el mullido lecho cuando pensó en lo placentero que resultaría que una joven le diera masaje en sus fatigadas piernas. Al momento apareció una bellísima joven que comenzó a procurarles un delicioso masaje.

Bien descansado, sintió hambre y pensó en qué grato sería poder degustar una sabrosa y opípara comida. En el acto apareció ante él los más suculentos manjares. El hombre comió hasta saciarse y se sentía muy dichoso.

De repente le asaltó un pensamiento: “¡ Mira que si ahora un tigre me atacase!” y apareció un tigre y lo devoró.

 

🙏 El Maestro nos dice: “cambiante y descontrolada es la naturaleza de la mente. Aplícate a conocerla y dominarla y disiparas para siempre el peor de los tigres: el que mora dentro de ella misma”

El Divino se sentía solo y quería hallarse en compañía, así que decidió crear unos seres que pudieran acompañarlo. Pero cierto día, estos seres encontraron la llave de la felicidad, siguieron el camino hacia el Divino y se reabsorbieron en él.

Dios se quedó triste, nuevamente solo. Reflexionó y pensó que había llegado el momento de crear al ser humano, pero temió que éste pudiera descubrir la llave de la felicidad y encontrar el camino y de este modo volver a quedarse solo. Siguió reflexionando y se preguntó ¿dónde podría ocultar la llave de la felicidad para que el hombre no diese con ella?. Tenía desde luego que esconderla en un lugar recóndito donde el hombre no pudiese hallarla.

Primero pensó en ocultarla en el fondo del mar; luego, en una cueva de los Himalayas; después en un remotísimo confín del espacio sideral. Pero no se sintió satisfecho con estos lugares. Pasó toda la noche en vela preguntándose cuál sería ese lugar seguro para ocultar la llave. Pensó que el hombre terminaría descendiendo a lo más profundo de los los océanos y que allí la llave no estaría segura. Tampoco lo estaría en una gruta de los Himalayas, ni siquiera estaría bien oculta en los vastos espacios siderales, porque un día el hombre exploraría todo el universo, así que “¿dónde ocultarla?”, continuaba preguntándose. Al amanecer, cuando el sol comenzaba a disipar la bruma matutina, al Divino se le ocurrió de súbito el único lugar en el que el hombre no buscaría la llave de la felicidad: dentro del él mismo. Así creo al ser humano y en su interior colocó la llave de la felicidad.

 

🙏 El Maestro nos dice: “busca dentro de ti mismo. “Desafía” a Dios y róbale la suprema felicidad”

Un leñador estaba en el bosque talando árboles para aprovechar su madera, aunque ésta no era de óptima calidad.

Entonces vino hacia él un anacoreta* y le dijo:

  • Buen hombre, sigue adelante.

Al día siguiente, cuando el sol comenzaba a despejar la bruma matutina, el leñador se disponía para emprender la dura labor de la jornada y recordó el consejo que el día anterior le había dado el anacoreta y decidió penetrar más en el bosque.

Descubrió entonces un macizo de árboles espléndidos de madera de sándalo. Esta madera es la más valiosa de todas, destacando por su especial aroma.

Transcurrieron algunos días y el leñador volvió a recordar la sugerencia del anacoreta y determinó penetrar aún más en el bosque. Así pudo encontrar una mina de plata. Este fabuloso descubrimiento le hizo muy rico en pocos meses.

Pero el que fuera leñador seguía manteniendo muy vivas las palabras del anacoreta: ” sigue adelante”, por lo que un día todavía se introdujo más en el bosque.

Fue de este modo como halló una mina de oro y se hizo un hombre excepcionalmente rico.

 

🙏El Maestro nos dice: “Sigue adelante”, hacia tu interior, hacia la fuente de tu sabiduría ¿puede haber mayor riqueza que ésta?”

Se trataba de un perro callejero. Le gustaba curiosear todos los rincones e ir de aquí para allá. siempre había sido un vagabundo y disfrutaba mucho con su forma de vida, pero en una ocasión penetró en un palacio cuyas paredes estaban recubiertas de espejos.

El perro entró corriendo en una de sus acristaladas estancias y al instante vio que innumerables perros corría hacia él. Aterrado se volvió para tratar de huir, pero entonces comprobó que también había un gran número de perros. Se volvió y comenzó a ladrar despavorido.

Decenas de perros le ladraba amenazantes. Sintió que estaba rodeado de furiosos perros y que no tenia escapatoria.

Miró en todas las direcciones y en todas contempló perros enemigos que no dejaban de ladrarle. En ese momento el terror paralizó su corazón y murió víctima de la angustia.

 

🙏 El Maestro nos dice: “la percepción errónea conduce a la muerte espiritual. Sólo el discernimiento purificado abre una vía hacia el despertar definitivo”

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