Volvemos a las rutinas.
Después de unos días de descanso, es normal que la vuelta a las rutinas nos resulte un poco abrumadoras.
Pero quiero que sepas que podemos ver este momento como una oportunidad para establecer hábitos que nos hagan sentir mejor en el día a día, es decir, que nos ayuden a sostener los cambios y los imprevistos sin que nuestro cuerpo o mente se resientan.
Por eso quiero compartir contigo algunos “truquitos” que pueden ayudarte:
Priorízate
Cuando crees el calendario de tus hijos o tu planificación diaria, reserva un espacio para ti.
No importa si son 10 minutos al día o 1 hora a la semana, lo importante es que te pongas en primer lugar de vez en cuando.
Elige pequeñas acciones que te permitan desconectar del ajetreo diario
- Date un paseo, ralentizando el paso y observando lo que te rodea.
- Riega las plantas (o comprarte una si no tienes) es una excusa perfecta para parar.
- Mímate: hazte un automasaje en los pies o las manos con tu crema favorita.
- Respira conscientemente, o inhala algún aceite esencial que te guste.
- Retoma tu práctica de yoga, meditación… o interésate por alguna nueva práctica
Establece mini-rutinas
No hace falta retomar todo de golpe. Empieza poco a poco con hábitos sencillos. La constancia es más poderosa que la intensidad.
Involucra a quienes te rodean
Involucra a quienes te rodean en los quehaceres, ya sea en casa o en el trabajo, y delega. Es un acto de confianza y, además, un descanso para tu mente y una oportunidad para que otros también participen y crezcan.
La vuelta a la rutina no tiene por qué ser estresante. Cada pequeño gesto de cuidado personal suma y, con el tiempo, esos “truquitos” se convertirán en tu sostén para afrontar el día a día con más calma y bienestar.